Decorarse el cuerpo es una práctica que acompaña al ser humano desde tiempos inmemorables. Hoy en día, usar henna para teñir el cabello, las cejas o hacer tatuajes, es bastante común.
Pero hablemos a profundidad de esta técnica.

¿Qué es la henna? Específicamente, se trata de un pigmento natural color marrón-rojizo que se extrae de la planta Lawsonia inermis originaria de las zonas subtropicales de Medio Oriente, Asia y África. La molécula de colorante tanino que penetra en la piel sin extenderse es conocido como ácido hennotánico.

A pesar de que la pasta original que se obtiene de la mezcla de hojas secas de la planta con agua caliente no suele ser dañina para la piel (excepto en casos excepcionales), al unirse con otros componentes como la parafenilendiamina (PPD), sugiere un alto riesgo de sensibilización alérgica, en especial cuando su concentración es mayor al 2%.

Es importante recordar que el color natural de la henna es marrón-rojizo, y para crear lo que se conoce como “henna negra” se utiliza la PDD en concentraciones que rondan el 15%, muy superior a la cantidad autorizada.

La mayoría de los tratamientos tienen contraindicaciones. Esto significa que algunos tratamientos no se pueden realizar en personas con ciertas alergias, enfermedades o medicamentos. Es muy importante exponer claramente estas contraindicaciones.

Por ejemplo: una persona que tiene alergia al PPD no debe teñirse con henna/tinte híbrido.

Reacciones alérgicas a la henna
Las reacciones de hipersensibilidad a la henna se manifiestan como una dermatitis de contacto, en el caso de las reacciones leve, la persona puede sentir ardor, picazón y observar enrojecimiento en algunas zonas; puede provocar hinchazón en la cara, lagrimeo y secreción nasal, entre otros síntomas. Si la reaccion es de moderada-severa en este sentido, la piel puede llegar a presentar pápulas eritematosas, y ampollas.

Recomendaciones para pieles sensibles a la henna
Antes de aplicarse un tinte de henna en las cejas es recomendable hacer una prueba colocándose un poco sobre la piel del antebrazo y esperar unos minutos para observar si hay reacción. Si luego de usar el pigmento provoca alguna incomodidad en el area, debes retirar el producto inmediatamente con abundante agua.
Para calmar las molestias de la irritación las compresas de agua fria o infusiones de manzanilla son muy útiles.
Por supuesto, si los síntomas persisten y ya no estas en el centro de belleza, comunicate con las especialistas de inmediato para que ellas te den las instrucciones necesarias para el cuidado posterior o de lo contrario no dudes en acudir al dermatólogo.
Usualmente los tratamientos médicos para estos casos están basados en corticoides y para reducir los efectos secundarios producto de la aplicación.